17 mar 2011

Peter Pan.

Cuando era niña, y le conocí la vida me parecía maravillosa, un milagro, era hermosa, mágica...
Y todos los pajaros en los árboles cantaban tan felizmente con alegría y juguetones, nos miraban.
Pero luego crecí, aprendí a ser sensata, lógica, responsable, práctica...
Él decidió no cambiar, ser igual, seguía con sus risas, con los juegos de indios, con sus tonterías, con sus sueños.
Desde ese momento le llame Peter Pan, le daba miedo crecer, terror madurar, no quería abanzar. Me prometió no cambiar por nunca jamas.
Pero cuando creces eres cosciente que las cosas no son estáticas, que cada acción tiene su reacción, que cada palabra tiene su contestación y que cada relación tiene su adiós.
Pero es verdad que hay momentos cuando todo el mundo duerme en que las preguntas se vuelven demasiado profundas hasta para mí.
Gracias por todo Peter Pan, gracias por hacerme soñar como hoy en día sigues haciéndolo sin ser cosciente, sigue creyendo en tus sueños, sigue volando como tú solo sabes.


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